¿Por qué la psicología no ayuda a los cristianos?

Hay más de doscientos cincuenta sistemas de asesoramiento psicológico, cada uno afirmando su superioridad sobre el resto. Estos sistemas seculares contienen teorías, enseñanzas y técnicas, mutuamente contradictorias. Lógicamente, todos menos uno deben de estar errados. ¿Hay alguna razón para creer que alguno de ellos en particular está libre de errores?, ¿Cómo podría alguien esperar distinguir la verdad del error mientras busca a través de este laberinto de sistemas contradictorios entre sí?

No es difícil observar que la psicología no es una ciencia, sino más bien un sistema filosófico con diferentes visiones del mundo, como el determinismo, el humanismo, el existencialismo e incluso el evolucionismo. Son precisamente los psiquiatras y psicólogos los que insisten en decirnos que estamos “enfermos” y que necesitamos de sus terapias, pues para ellos cualquier pecado bajo el sol (celos, ira, pleitos, perversidad, borrachera, adicciones, inmoralidad sexual, etc.) ha pasado a denominarse “enfermedad”. Esto es trágico porque destruye la gran esperanza del evangelio de Jesucristo. Él murió y resucitó por nosotros con la promesa de limpiar nuestros pecados y eliminar nuestras rebeliones. Esta gloriosa esperanza ha sido cambiada por un modelo de enfermedad que nos mantiene en la esclavitud, pasando años, tras años en el carrusel de la psicoterapia agotando así nuestros recursos financieros y nuestras esperanzas.

Es de esperar que el mundo caído, al no tener la revelación de la Palabra de Dios, desarrolle su propio sistema de valores y filosofías para el manejo de sus problemas de vida. Pero ¿qué significa esto para el creyente?, ¿Son estas filosofías y valores consistentes con las enseñanzas de la Biblia?, ¿Añaden valiosos conocimientos que beneficien a las personas?

A diferencia de la psicología, el consejo basado en la Biblia ha sido dado por Dios, que es la única fuente de verdad eterna e inmutable. En contraste, la “verdad” de la psicología ha sido y es cambiante y contradictoria. Por esta razón, sabemos que la Biblia es mucho más eficaz que la psicología.

Dios nos ha dicho claramente que nuestro consejo debe estar basado únicamente en Él, o estamos añadiendo pecado a pecado. “¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!” (Isaías 30:1). Estamos eligiendo un pecado, un sistema rebelde de consejería para superar el pecado en nuestras vidas.

Dios dice que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2da Tim. 3:16-17). Es nuestra firme convicción creer que Dios es verdaderamente suficiente, y que “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,” (2 Pedro 1:3). Su Palabra es el único fundamento seguro para un sistema de consejería que  glorifica al Señor.

Las teorías en las que se fundamenta la psicoterapia, así como la gran mayoría de sus “grandes maestros” han sido y son inconversos, es decir, no salvos. Dios dice que el “hombre natural” (no salvo) no puede saber las cosas de Dios: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (1 Cor. 2:14). Entonces, ¿Cómo puede el inconverso ayudar al creyente en el crecimiento de su santidad mental y física?

Dios dice que los no salvos son hostiles a Él: “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.” (Rom. 8:7-8). ¿Deben los creyentes esperar encontrar ayuda para agradar a Dios de aquellos que se oponen a Él?

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.” (Salmos 1:1-2).

¿Se puede integrar la psicología con la Biblia, en una suerte de “psicología cristiana”?

Algunas personas pueden pensar que la psicología puede ser conveniente si está bien integrada con la Biblia. Sin embargo, la siguiente advertencia de Proverbios deberían sonar como una fuerte advertencia para los integracionistas: “Toda palabra de Dios es limpia; Él es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, Y seas hallado mentiroso.” (Proverbios 30:5-6). Apenas podíamos tener una advertencia más contundente sobre los peligros de añadir a las palabras de Dios.

Sin embargo, los integracionistas aceptan y enseñan que las teorías de los inconversos son necesarias para hacer los cambios en la mente y la conducta que son agradables a Dios. ¿Cómo se puede entender esto?

Con los integracionistas, la verdad de Dios se convierte en contradictoria, ya que para ellos, así como para los psicólogos y psiquiatras, la “verdad” es cambiante. La nueva “verdad” remplaza a la antigua “verdad” como una nueva teoría concebida o descubierta. De esta forma, las “verdades” de la psicología son “ungidas”, diciendo: “Toda verdad es la verdad de Dios”. Entonces, cuando las “verdades” de dos integracionistas son contradictorias entre sí, “la verdad de Dios” de un integracionista contradice “la verdad de Dios” de otro integracionista. ¿Usted cree que la “verdad contradictoria” es la verdad de Dios?, ¿Está usted dispuesto a depender de una verdad cambiante?

¿Cómo puede un integracionista añadir su “verdad” a la verdad que Dios dice que es suficiente, sin estar en grave peligro de dejar de lado, sustituir o contradecir algo de la verdad que es parte de la suficiencia de Dios?, ¿No hay peligro de debilitar al cristianismo, tratando de integrar (mezclar) “verdades” del hombre con la Palabra de Dios? “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1 Ped. 2:2).

La autosatisfacción y la integración:

El enfoque de la psicología es uno mismo. Los intentos de los psicólogos e integracionistas se dirigen a mejorar la autoestima, la autoimagen, el amor propio, la auto-conciencia, auto-realización, a perdonarse a sí mismo, etc. Esto es diametralmente opuesto a la perspectiva bíblica. En lugar de enfocarse en el Señor y la obra de su Reino, los creyentes están cautivos de sí mismos satisfaciendo sus propias necesidades, “comprendiéndose” a sí mismos.

En contraste, la Biblia nos enseña a enfocarnos en el Señor, a caminar en el Espíritu, y seguir sus mandamientos. Cuando lo hacemos, buscando primero el Reino de Dios y su justicia, se nos ofrece como resultado el fruto maravilloso del Espíritu “… amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:16-26).

Si los incrédulos se les enseña a “sentirse bien” acerca de sí mismos, ¿Van a sentir el sentimiento de culpa que Dios diseñó para llevarlos al arrepentimiento?

La autoconciencia y la integración:

Algunos integracionistas, utilizando la teoría freudiana, enseñan que la autoconciencia de los motivos subconscientes es el camino para el crecimiento cristiano; dicen que si los cristianos miran dentro de sí mismos, van a encontrar la verdad y la luz, pero la Biblia nos dice que Dios es nuestra verdad y nuestra luz: “Jehová es mi luz…” (Sal. 27:1) y “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.” (Jua. 17:17). Entonces, ¿Es la autoconciencia la ruta para el crecimiento del cristiano?

La verdad bíblica está centrada en Dios (teocéntrica), mientras que los sistemas de apoyo psicológico se centra en el hombre (antropocentrico). El enfoque de la verdad bíblica es Dios, mientras el enfoque de la psicología es uno mismo: la autoestima, la autoimagen, el amor propio, la auto-conciencia y auto-realización. Los centros de importancia son contrarios (“Yo” o “Dios”), puedes esperar la ayuda por medio de la voluntad de Dios en tu vida como creyente o ser impedido por la integración de las teorías psicológicas con la Palabra de Dios.

Las implicaciones de la integración:

Si el crecimiento en la vida cristiana (la superación de los problemas de la mente y el comportamiento) depende de una “verdad” psicológica, entonces ¿El cristianismo tuvo que esperar cientos de años para que la psicología hiciera lo que Dios no pudo hacer en miles de años?

¿Dios mintió cuando dijo hace miles de años que Él ya nos había dado todo lo que se necesita para la vida y la piedad de la mente y la conducta?  “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,” (2 Ped. 1:3)

¿Los humanos tienen el asombroso conocimiento y sabiduría para contradecir la declaración de Dios sobre la suficiencia de su Palabra? o ¿apoyar como “correctas” teorías procedentes de fuentes seculares y frecuentemente antirreligiosas que declaran supuestas deficiencias en la Palabra de Dios? Si una persona rechaza, remplaza o agrega a la verdad que Dios ha dado y declarado suficiente, ¿Esa persona ayuda a la obra del Espíritu Santo o la obstaculiza?

Tu elección tiene consecuencias impresionantes y eternas. La verdad es que: No necesitamos un psicólogo para conocernos más a nosotros mismos o al pecado. ¡Necesitamos un Salvador que nos libre de ellos!

Roger Garcia C.
Consejero Bíblico
http://www.ConsejeroBiblico.org
 

Un pensamiento en “¿Por qué la psicología no ayuda a los cristianos?

  1. A MI ME SANO Y ME SALVO EL SEÑOR JESUCRISTO LOS PSIQUIATRAS ME DABAN PASTILLAS LAS QUE YO LES INDICABA POR QUE EN MI PUEBLO HAY UNA PSIQUIATRA RE NECIA QUE A TODOS LES DA LA MISMA MEDICACION PUEDEN LAS TERAPIAS A PODER AYUDAR A ALGUIEN A MI NO

Deja un comentario